Los seleccionados éramos 5: el Intendente de Compañía Erich Andereya y los Voluntarios Activos Cristián Callejón, Juan Carlos Jamett, Eugenio González y quien escribe.

Después de una ajetreada mañana, consiguiéndonos los elementos necesarios para asistir al llamado de Talcahuano, nos reunimos en el Cuartel para dirigirnos todos juntos hacia el Aeropuerto de Santiago, donde seriamos trasladados por un vuelo de LAN hacia la ciudad de Concepción.

La primera impresión fuerte, fue cuado llegamos al Aeropuerto de Stgo. Este se encontraba funcionando en carpas, ya que el interior del terminal aéreo estaba en pésimas condiciones. Observamos que las oficinas de LAN estaban destruidas, los counters de pasajeros inutilizables y en general todo estaba en el suelo.

Llegada la hora de abordar nuestro vuelo, y sin pocas anécdotas en este proceso, partimos rumbo a Concepción.  La delegación del C.B.S. constaba de 25 voluntarios de diversas compañías, al mando del Teniente 1° de la 11ª Compañía.

Al llegar a Talcahuano, nos esperaba un vehículo con nuestros cofrades de la 5ta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano “Bomba Chile”, que trasladaría a la delegación 15ª al cuartel 5ta. El resto de la delegación se dividió entre el cuartel de la 4ta Compañía y el de la 8ª compañía de Talcahuano.

Durante el trayecto, dimos una pequeña vuelta por el centro de la ciudad y el puerto de Talcahuano. Era impresionante ver el estado de destrucción de estos lugares, lo que no rompió el terremoto lo hizo el maremoto y luego los saqueos.

Al llegar al cuartel nos avocamos inmediatamente a trabajar, dando agua a la comunidad, ya que aún se encontraba gran parte de la ciudad sin suministro. Tripulamos a todos los llamados de la 5ª, debido a que nuestros amigos confederados, estaban agotadísimos después de casi dos semanas de trabajo constante.

El Teniente 4º de la compañía nos mostró su despliegue logístico, el cual era impresionante. Tenían de todo, comida, herramientas, elementos de primeros auxilio, etc. Todo conseguido con autogestión

Las labores continuaron durante toda nuestra permanencia, pero no era solo salir a llamados, sino que labores tan básicas como hacer baños, aseo y cocinar también estaban dentro de nuestras actividades.

Las guardias, se hacían despiertos, en turnos de 4 horas, el primero desde las 00.00 hasta las 04.00 y el segundo desde las 04.00 a las 08.00 ya que había una gran cantidad de artículos de ayuda en la sala de máquinas para ser distribuidas y las máquinas tanto el B como el R quedaban afuera.

Las replicas se sucedían a cada rato, algunas bastante fuertes otras casi imperceptibles. Las noches se hacían largas y el sueño a veces nos ganaba.

Pero todo valía la pena y el esfuerzo, un esfuerzo mínimo si se comparaba a la gran tarea de reconstrucción que se viene a futuro.

Compartimos guardias con otras compañías confederadas y algunos quintinos, que pese al agotamiento, no se entregaban al descanso.

Con nosotros estuvieron la 2ª y 6ª de Puerto Varas y la 6ª de Los Ángeles, con quienes compartimos y trabajamos codo a codo, haciendo así aún más importante el espíritu Confederado. Espíritu que hizo, que sin dudar, fuéramos a la ayuda de nuestro hermanos de Talcahuano. Estos últimos, demostraron una organización perfecta y un espíritu de servicio a toda prueba.

No cabe más que agradecer, profundamente a todos los Oficiales y Voluntarios de la 5ta de Talcahuano, por enseñarnos, que más allá de los recursos, y más importante que la individualidad, está el trabajo colectivo, la preparación y la gestión.

Gracias 5ta, gracias por la acogida y gracias por hacer de esto una instancia donde la confederación mostró su significado real y hacernos sentir, bajo esos cascos alemanes como una sola gran Compañía de Bomberos, Amigos y Familia.

Vol. Activo Pier Karlezi Hazleby.