Una noche de temporal en Santiago

El intenso temporal que afectó a la zona centro-norte del país logró hacer desaparecer definitivamente al fantasma del racionamiento. Esto por que los 79 mm. y fracción de agua que cayeron entre el mediodía del viernes 15 y el sábado 16 dan como promedio a la fecha un total de 312 mm. Las intensas precipitaciones favorecieron el llenado de los embalses, con lo que se garantiza el agua suficiente para ser usada en labores agrícolas, aparte de la que es también necesaria para la generación de electricidad.

La noche fue tranquila en algunos cuarteles de la ciudad, pues están situados en zonas donde la lluvia deja pocos estragos. Pero, otros cuarteles tuvieron movimiento durante toda la noche y no pararon de salir. Es el caso del Cuerpo de Bomberos de Conchalí, institución que cubre el área norte de la ciudad. Sus carros y unidades de rescate no tuvieron tregua y el personal, que estaba bajo condición de acuartelamiento, respondió al nivel de lo esperado ante una emergencia generalizada como la que se vivió.

Las siete compañías brindaron ayuda a la comunidad en momentos en que el agua caía a caudales. En medio de ese ir y venir de máquinas cruzando una y otra vez las tres comunas de su jurisdicción, cabe destacar de manera especial el trabajo realizado por los efectivos de la Bomba Huechuraba, unidad en formación que constituirá la Octava compañía.

Los efectivos de esa unidad, ubicada en la villa Las Bandurrias, próxima a la ruta internacional Los Libertadores, en la comuna de Huechuraba, aun no cuentan con una bomba para dar cobertura a las necesidades de su comunidad, por lo que su accionar fue “de infantería” durante toda la jornada. La villa Las Bandurrias tuvo varias de sus calles anegadas y en un momento fueron una veintena de casas las que estuvieron a punto de sufrir el ingreso del agua. Los alcantarillados colapsaron, por lo que el ingreso de aguas servidas a las viviendas fue inevitable. La villa Los Libertadores, vecina a la anterior, también sufrió anegamientos, por lo que el trabajo desplegado por los futuros “octavinos” parecía no tener fin. Las calles eran verdaderos brazos de río y por ellos pasaban raudos de un lugar a otros los voluntarios, colaborando en las mil tareas que hubo que sacar adelante.

La llegada en apoyo de las bombas de la 2ª y 3ª compañías, ya en horas de la mañana, ayudo a evitar de manera más rápida los estragos que estaba a punto de ocasionar el agua al interior de los domicilios.

Después de pasar toda la noche sin dormir; totalmente mojados; con las botas llenas de agua y habiendo comido lo mínimo, aún se mantenían firmes durante el mediodía del sábado, dispuestos a seguir colaborando con quienes sufrían con los embates de la naturaleza.

Ellos, la Bomba Huechuraba, son sólo un ejemplo de esa pasión que mueve al bombero voluntario en Chile. En tiempos de calma y pasividad, pocos, muy pocos recuerdan a sus bomberos, pero cuando la calamidad los asola es a bomberos a quien primero recurre la comunidad y serán esos bomberos los que entregarán todo y lo mejor de si para ir en ayuda de quien los solicite.

 
Orgullosos pueden estar nuestros fundadores, aquellos de 1851, al observar desde su sitial de honor eterno como la semilla que ellos sembraron ha dado estos frutos: hombres y mujeres dispuestos a darlo todo para Salvar Vidas Y bienes.

Texto y fotos:
Álex Valdés A.
15.DFK Stadt Santiago

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