Incendio galería Nass en Valdivia.

Siendo las 15:20 logré llegar al lugar del 10-0-2 en la Galería Nass, centro de Valdivia. Me acerqué a R-1 donde encontré el último ERA disponible. Tras un breve diálogo con el cuartelero me dirigí a «la fila», frente a la galería afectada, donde se encontraban otros cuatro  bomberos de la Primera. Se veía un gran desprendimiento de humo desde media cuadra de distancia y fuego violento al interior de la galería. Tras una breve espera, llegó la primera labor que me fue encomendada. Nos dirigimos al interior de la galería con una escala de 5 metros para apoyar las líneas de ataque. Había muchísimo humo y la simple instrucción de «sigan la línea hasta llegar a los pitoneros» no fue fácil de seguir.

El material no fue necesario y retrocedimos a la fila. Tras cambio de botella, nos reintegramos hasta la próxima labor, la que no tardó mucho en llegar. A un costado de la galería, en un pequeño local comercial había que detener la propagación. Tras abrir un acceso en una pared, por los próximos 50 minutos defendimos el local con éxito, aunque desconocíamos que, en el intertanto, el fuego avanzaba implacablemente por los entretechos de los locales comerciales de toda la cuadra. Nuestro trabajo sería en el largo plazo en vano, si bien permitimos ganar tiempo para la evacuación de la mercadería y equipos de los locales.

Volvimos por la calle Chacabuco. La situación había empeorado. El fuego avanzaba por la galería Nass sin poder ser detenido. Al mismo tiempo los entretechos de todos los locales comerciales desde la galería hasta la calle Camilo Henríquez humeaban fuertemente. Toda la fachada estaba comprometida.

La siguiente labor encomendada fue subir al techo e intentar cortar la propagación. Esta tuvo que ser suspendida antes de ejecutarse. El fuego ya había reventado y no tenía sentido ejecutar la tarea. Se procedió en cambio a un ataque defensivo desde la calle Chacabuco, comenzando con la operación del pitón monitor de B-1 desde la esquina de Camilo Henríquez. Tras más de 20 minutos de trabajo pedí cambio y tras un breve descanso, volví a la fila.

Ya eran más de las seis de la tarde. En ese momento supe que la multitienda Taboada se encontraba completamente comprometida y el desprendimiento de humo y fuego desde la mitad de la cuadra daba cuenta de que el compromiso era significativo. Un helicóptero participaba de las labores de extinción.

La siguiente labor, que sin saberlo fue la última labor de combate activo del incendio por mi parte, ocurrió minutos más tarde. Había que  ingresar por un patio interior a la izquierda de la Galería Nass e intentar contener el fuego de una gran bodega que existía al interior de la cuadra. Para eso contábamos con un pitón de 70 mm apoyados por una línea de 50. Ingresamos tres bomberos al galpón y nos vimos inmediatamente rodeados por fuego (adelante, arriba, ambos costados). La misión era atacar hacia nuestro frente lo que se debió interrumpir repetidas veces para protegernos de las llamas, las que avanzaban rápidamente a nuestra posición. Fueron 15 minutos larguísimos de trabajo, controlando la línea ante muchísima presión y calor. Ya bajo en aire, tuve que replegarme siendo remplazado rápidamente en mi posición.

Caminando lentamente hacía la esquina de Chacabuco con Camilo Henríquez donde se encontraba la zona de descanso, reflexioné sobre lo cansado que estaba y si sería responsable de mi parte volver a entrar a ese infierno. Mientras me hidrataba, un camarada me solicitó apoyo para cambiar su botella de aire. Mientras cumplía con lo solicitado sufrí un intenso calambre en mi mano. La señal fue clara, ya no estaba para seguir combatiendo el fuego directamente… necesitaba un descanso.

«Semi-invalidado», adopté labores  de apoyo. Distribuí agua y trasladé equipos, hasta que se me asignó la tarea de montar guardia con R-1, unidad que estaba en servicio disponible en caso de algún rescate en la ciudad de Valdivia.  Desde ahí pude tomar distancia y dimensionar la tragedia. Grandes focos de fuego en distintos sectores de la cuadra aún se encontraban activos. Una tremenda tragedia para la ciudad. Desde el R-1 pude apreciar también el cariño de los valdivianos, quienes nos ofrecieron café, agua y otros alimentos de manera incesante durante toda la noche.

Ya a las tres de la madrugada, y tras 12 horas continuas de actividad, volvimos la cuartel para comenzar a ordenar y limpiar material. Fue una tremenda noche. Una noche que me hizo comprender de mejor forma las dificultades del combate de grandes incendios de las «compañías de agua»: fue una muy enriquecedora experiencia el poder apoyar a la Compañía que me acogió en la ciudad de Valdivia: La Erste Deutsche Feuerwehr Kompagnie «Germania» zu Valdivia. Gracias.

Texto: Luis Pablo Herve Claude, feuerwehrmann 15.DFK

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