El especial momento, dedicado a los más chicos de la 15, contó con la presencia de profesionales preocupados exclusivamente de atender y entretener a los más pequeños integrantes de la familia. Para ello contaron con un castillo inflable y el atento, esmerado y prolijo cariño de parte de los bomberos-duendes. 

En las caritas de todos los niños presentes fue posible ver lo agradecidos y entretenidos que estuvieron. Contra las reglas de algunos papás y mamás, los peques  estaban autorizados a correr,  saltar, comer dulces y ensuciarse todo lo que quisieran ya que este fue un momento plenamente dedicado a ellos.

Además de poder pasear algunos momentos en un verdadero carro de bomberos, los niños pudieron recibir sus regalos de las manos del propio Santa Klaus, quien, secundado por los bomberos-duendes,  pudo entregar un regalo a cada niño, con la promesa de que se portarían aun mejor el año que viene.

Este momento de recreación hacia con las familias  de los voluntarios es un compromiso que nuestra compañía tiene hace años, ya que es un momento de agradecimiento a las familias por entregar el apoyo absolutamente necesario para realizar las complicadas tareas de rescatar personas, apagar incendios y asistir a la guardia, entre muchas otras tareas.

Sabemos que este fue un momento de felicidad para los pequeños, ya que con sus caras pintadas y llenas de chocolate pudieron cumplir uno que otro de sus sueños, como conocer al viejo pascuero y “pasear” en nuestro carro

Fotos y texto: Javier Reyes N.