Los soldados declararon la alerta: Ryan estaba en lo más alto de unos de los árboles y no bajaba. ¿Motivo?, las jaurías de perros que merodean por el sector lo tenían aterrorizado, sin ganas de enfrentarse al enemigo. Tras cinco días sin bajar las dudas apuntaban a su estado de salud, su fortaleza física, una posible fractura que le impedía moverse, etc. Una rica comida lo esperaba…pero Ryan no bajaba.

Una llamada al nivel 132 expuso el problema ante Bomberos de Santiago y la central despachó al lugar al carro MX15. Luego de varios minutos de rastreo, Ryan fue encontrado en la cima del follaje, pero no quería descender, por lo que hubo que presionarlo. Finalmente, el felino saltó desde unos cinco metros de altura, cayendo sobre el pasto…olfateó algunos lugares, corrió un poco y ante la expectación de los efectivos de bomberos y militares, más el público que se acercó a ver el salvamento, Ryan saltó ágilmente al tronco de otro árbol y en un par de segundos ya estaba a varios metros de altura.

Desde lo alto miraba todo con sus grandes ojos. Claramente, su estado de salud estaba impecable, no tenían lesiones físicas y su fortaleza era envidiable. Bomberos optó por dejarlo tranquilo, con la seguridad de que bajaría cuando se sintiera relajado y sin canes en la costa.

Fotos; Víctor Schuffenegger.

Texto: Álex Valdés A.