Uno de los nuestros en el epicentro

 

 Concluido el gran movimiento telúrico nos dirigimos rápidamente a la central a evaluar los daños y asegurarnos que la centralista se encontrara bien. El voluntario a cargo Nicolás Díaz nos indica que sigamos camino al cuartel, tomando este último, el rol de centralista. Con la máquina y teniendo una dotación de 3 voluntarios incluido el a cargo, (Cristian Rojas),  nos dirigimos hacia el cuartel. A los pocos instantes se realiza el despacho a un 10-0-1,  a la Universidad de Concepción, siendo despachada la unidad BP7 junto a otras maquinas del Cuerpo de Bomberos de Concepción.
Se trataba de una estructura de 3 pisos el cual albergaba las instalaciones de laboratorios de química de la universidad, la cual se encontraba en llamas. Mientras nosotros seguíamos rumbo al cuartel, en el camino nos detiene gente afuera de un edificio. Paramos la máquina en una zona segura, nos bajamos y nos indicaron que en el interior, había personas encerradas en los departamentos, a lo cual nosotros nos equipamos con el material adecuado para enfrentarnos a esa situación.

Comenzamos a hacer ingreso al edificio, percatándonos de la gran cantidad de gente apostada en las afueras y en la recepción, con un grado de desesperación inimaginable. Hacemos ingreso a la caja de escalas, percatándome del grave nivel de agrietamiento de ésta y la gran cantidad de agua que salía desde los medidores. Empezamos a subir y a eso del piso 15, nos indican que hay replicas de gran magnitud, las cuales no sentíamos por el nivel de adrenalina y la rapidez con la cual subíamos. En ese momento tomamos la determinación, de retirarnos al cuartel ya que el nivel de peligro que enfrentábamos era demasiado junto con la poca cantidad de personal con la cual nos encontrábamos.
 Ya en el cuartel, vemos la gran cantidad de gente que se encontraba en el parque Ecuador, a un costado del cuartel, por la eventualidad de un tsunami. Ahí esperamos a que empezaran a llegar los voluntarios desde sus domicilios, algunos llegaron con toda su familia por el riesgo de dejarlas solas. Revisamos el cuartel, para asegurarnos que no hubiese daños estructurales graves.

 Pasado el rato y con ambos carros en el cuartel, el Capitán designa el personal para cada máquina. Al poco tiempo, fuimos despachados a uno de los puentes que une la ciudad de Concepción con la comuna de San Pedro De La Paz, indicándonos que había varios autos que habrían caído producto del colapso del puente.  Mientras íbamos al lugar nos indican que varios de estos vehículos están ardiendo, sin saber si habría personas en su interior. Haciéndonos camino entre los escombros y edificaciones derrumbadas sobre la calle, pasamos frente al barrio estación, donde se encuentran una gran cantidad de pubs y discotec’s. El nivel de desesperación era inimaginable, centenares de personas en la calle, muchas de estas inconscientes en el piso, gente haciéndonos parar para que ayudáramos a sus amigos(as), pero nosotros teníamos otras instrucciones. Un par de cuadras mas adelante nos hacen parar nuevamente, indicándonos que un edificio de altura se había derrumbado, a lo cual nosotros pensamos que se trataba de un pequeño colapso de los balcones o alguna estructura exterior. Acercándonos al lugar nos percatamos que la información entregada era cierta.

Fue realmente impactante, ver ese edificio derrumbado y más aun siendo la primera unidad en arribar al lugar. El ruido de las matrices de gas era ensordecedor. Ubicamos la maquina lejos de cualquier riesgo y el Capitán se baja a evaluar la situación, encontrándose con una gran cantidad de gente en diferentes puntos del edificio. Lamentablemente no teníamos el material adecuado para poder empezar a realizar rescate, por lo cual el Capitán toma la decisión de dejar a la unidad que había llegado unos momentos después de nosotros, a la espera de la mecánica (la cual estaba fuera de servicio, y que se ordenó conseguir un conductor de forma inmediata).
En la zona del puente, no era necesaria la presencia de la máquina ya que no habían personas lesionadas ni atrapadas dentro de los vehículos, por lo cual, el Capitán decide recorrer las calles para ver en que podíamos cooperar.
El primer lugar  donde nos detuvimos, fue en una escuela de artes marciales. Nos indicaron que uno de sus alumnos se encontraría bajo una estructura metálica. El Capitán hace ingreso al lugar para evaluar la situación, saliendo rápidamente e informándonos que se trataba de un menor con su extremidad inferior derecha atrapada bajo una estructura metálica y una pesada muralla de ladrillos.

Bajamos el material necesario  para liberarlo rápidamente,  y así ser trasladado al hospital regional.
Luego de liberarlo ordenamos el material pensando que nos dirigiríamos al cuartel a descansar un momento, pero la central nos informa de otro derrumbe. Al llegar a este, nos percatamos de la gran presencia policial. El Capitán nuevamente hace ingreso a evaluar la emergencia. Esta vez, era una situación mucho más complicada, tratándose de una casa antigua cuyo 2º piso era muy inestable. En ese nivel, se encontraba un adulto en su cama, sepultado por una parte del muro cortafuego.

La persona se encontraba en una posición muy complicada. Para explicarlo en forma breve sus extremidades inferiores las tenía en su cabeza, estaba contorsionado, pero en todo momento consciente  y ubicado en tiempo y espacio. Iniciamos las maniobras para liberarlo alrededor de las 05:00am. El Capitán nos indica que tenemos poco tiempo para liberarlo (alrededor de 20 minutos), a lo cual agilizamos las labores para poder cumplir con el horario. La tarea fue muy complicada y estresante, entre la gran cantidad de replicas y el peso de la muralla que tenia sobre el.

El Capitán hace ingreso a la pieza donde nos encontrábamos y nos hace ver que el tiempo era limitado, las condiciones de seguridad con riesgos por las réplicas y que las posibilidades de vida por el nivel de atrapamiento eran bajas. Nosotros pedimos un poco más de tiempo, ya que es muy difícil,  tomar la decisión de dejar una persona morir entre los escombros y no poder hacer nada para remediar eso. En ese momento los deseos de recatar a la víctima fueron más fuertes.

El Capitán accedió a la petición y luego de aproximadamente 3 horas de extenuante trabajo pudimos liberarlo, para luego hacer parar un vehículo particular quien llevara al lesionado de forma urgente al hospital.
Luego de ordenar el material y tripular la maquina, retomamos el rumbo hacia el cuartel pensando que podríamos hacer un alto, después de todo el trabajo que realizamos. Luego de recorrer las calles algunos instantes, somos despachados a la zona cero, para seguir con la búsqueda de víctimas, sabiendo que se nos vendrían unos agotadores días llenos de trabajo, diversas emociones, y que no habrían momentos de descanso.  En lo personal siempre me preocupé de representar bien de mí quería 15ª y ayudar en todo momento  a mis hermanos Confederados de la Bomba Alemana de Concepción y a los ciudadanos penquistas

Así puedo concluir el primer día de trabajo junto a la 7ª de Concepción, quienes me atendieron con el cariño y la amabilidad de siempre.

Fueron momentos que difícilmente podría olvidar.

José Schnaidt G.
Voluntario activo
15 DFK

 

 

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