“Viernes chico” en Vitacura

El llamado de comandancia por rescate vehicular estaba ubicado pocos metros al norte de la Clínica Alemana, por lo que la concurrencia oportuna de una ambulancia estaba asegurada. Al llegar al lugar Bomberos constata que se trata de un volcamiento. La neblina es densa a esa hora por lo que la imagen es algo difusa si es observada a cierta distancia. Los destellos azules indican que B-18 y RX15 ya están trabajando en el lugar. Sus dotaciones hacen lo que saben hacer.  El único ocupante del móvil volcado había salido por sus medios de debajo de la pesada  máquina y se encontraba tendido en el suelo. Los «hombres de capote naranja» lo atienden prestamente.  Su camioneta Ford, modelo Ranger, estaba “de campana” sobre el pasto de la rotonda Irene Frei. Se trabajó rápidamente en la inmovilización del paciente. Era un rescate sencillo que estaba finalizando rápido, cuando un aviso radial nos alertó de otro accidente…

Burcio Turconi, bombero confederado proveniente de las filas de la Segunda Compañía, Germania, de Puerto Montt, concurría al llamado donde había sido despachada la 15.DFK. En su trayecto, mientras subía por avenida Kennedy, divisa luces y movimientos a la altura del Club de Golf. Una corazonada le advierte que algo complejo está en desarrollo, por lo que se detiene a confirmar lo que  su instinto ya le presagiaba.

Vía radial se comunica con el capitán de la Quince, informando que se encuentra en avenida Kennedy con Los Laureles. Su informe es angustiante: “se trata de un choque de alta energía. Un auto acaba de chocar contra un poste y un árbol. El conductor se encuentra atrapado, solicitó que se despache 10-4 (llamado por rescate vehicular)”. El capitán Quince da el conforme y llama inmediatamente a la central, informa de lo que ocurre en avenida Kennedy y pone de inmediato a la B18 en condición de disponible. Al mismo tiempo ordena que el personal que llegó en vehículos particulares al primer rescate, se dirijan a la segunda emergencia para un pronto apoyo a Turconi, quien ya trabajaba en el lugar.

“Emprendo el viaje de regreso por avenida Manquehue. Al llegar al empalme hacia avenida Kennedy, éste casi no se distinguía por la neblina. En ese momento se escucha el despacho al nuevo rescate. Son enviadas las máquinas B18 y RX14. Arribado al lugar indicado, noto que la bruma sigue imperante. Se distinguían las luces de emergencia de los móviles de seguridad vial  de la Costanera Norte. El vehículo siniestrado, un jeep, estaba correctamente iluminado, por lo que era fácil ver la seriedad de los daños. En su interior, un joven estaba al volante y presentaba un TEC abierto. El compromiso de conciencia era evidente, por lo que un funcionario de la autopista privada le hablaba permanentemente para mantenerlo despierto”.

El jeep, un Suzuki Vitara, estaba totalmente destrozado en su zona frontal. Su viaje había sido detenido por un añoso árbol, el que fue arrancado de raíz por la fuerza del impacto. Varios metros hacia el oriente se observaban los restos de un poste de cemento, de los que sostienen cableado aéreo. En este caso, los cables más bajos eran los gruesos cordones que entrelazan telefonía, televisión por cable y sistemas de alarmas. Un poco más arriba estaban los cables de 220v. para alimentación domiciliaria y de alumbrado publico; mientras que en la parte más alta corrían los tres cables del tendido de media tensión. El cordón de cables más grueso estaba en el suelo, mientras que los de 220v. se habían cortado, cayendo uno de ellos sobre el auto amagado. Afortunadamente, los tres cables superiores no se cortaron, pero estaban muy tensos, pues sostenían los restos del poste. Éste había sido “reventado” en su base por el primer impacto del auto y un mar de pequeños trocitos de concreto se esparcían en unos cincuenta metros y más en todas direcciones.

“Llegando al lugar me presenté con Turconi. Éste, con gran experiencia en rescate vehicular (Instructor Nacional de la especialización), ya estaba armando la herramienta hidráulica de la unidad de rescate de la autopista, ayudado por uno de los operarios de la misma,  por lo que me ordenó hacerme cargo del lesionado”.

Mantenerlo conciente era la prioridad. El conductor era apenas un adolescente y se encontraba atrapado por sus piernas, luego que el impacto frontal contra el árbol desplazara el frontal interior.

“Me correspondió hacerme cargo de la inmovilización cervical de la víctima. Mientras, Turconi realizaba los cortes precisos en los pilares “A” del auto y en los ángulos inferiores del zócalo de la pedalera, para luego meter el RAM y desplazar el frontal.  El arribo del personal de las compañías 18ª y 14ª permitió agilizar la postura del chaleco de extricación y el desplazamiento de las deformadas estructuras metálicas del techo y las puertas. La llegada de uno de los cirujanos de la Quince, el doctor Miguel Hervé, permitió que se realizara una evaluación con mayor detalle a la condición física del paciente. Turconi terminó de liberar las piernas del paciente; yo mantuve la cabeza asegurada y tuve que dar la órden de los primeros movimientos para el giro del cuerpo, entregando luego esas funciones a un efectivo catorce. Miguel  guió la salida final del joven por la puerta del copiloto y lo acompañó hasta que éste estuvo montado en la ambulancia”.

Todo el trabajo funcionó perfectamente coordinado con nuestros camaradas de las bombas Vitacura y J.A.S. Jackson, así como con el personal de rescate de la autopista concesionada. Cuando el muchacho fue trasladado hacia la ambulancia que lo llevaría hasta la clínica Alemana, fue posible escuchar algunos gritos de otros jóvenes que observaban desde la vereda: “¡Fuerza compadre, no te rindas!…¡Vamos amigo, tú puedes!…¡Ánimo, ánimo, estamos contigo!…”Ojalá que lo acompañen, pensé en ese momento, va a necesitar mucho de sus amigos”.

La neblina y el exceso de velocidad les jugaron una mala pasada a dos conductores. Ambos salvaron providencialmente en dos espectaculares accidentes de tránsito, de esos que salen  “en la tele”. La correcta utilización del cinturón de seguridad, sumado al aporte tecnológico en materia de seguridad que son actualmente las bolsas de aire (air bags), permitieron, especialmente en el segundo caso, que la historia pudiese ser contada por sus participantes.

Este “viernes chico” no pasó inadvertido en la comuna de Vitacura.

 Texto y relatos:
Álex Valdés A.
Feuerwehrmann 15.DFK

Fotos:   www.terra.cl

Video: http://emoltv.emol.com/

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